Jardín Botánico de Tenerife: Donde la belleza tropical florece en abundancia
En el radiante corazón de las Islas Canarias, un oasis de exuberante belleza tropical se despliega pintando una vívida paleta de colores y vida. Este paraíso, conocido como el Jardín Botánico de Tenerife, es un testimonio del esplendor artístico de la naturaleza. Es donde la belleza tropical florece en abundancia, ofreciendo un viaje inolvidable a cada visitante. Pero antes de adentrarnos en el cautivador mundo de estos jardines, consideremos las mejores formas de llegar hasta ellos.
La isla de Tenerife está bien comunicada, y hay muchas opciones para desplazarse. Una de las formas más cómodas es optar por el alquiler de un coche. Alquilar un coche proporciona libertad y flexibilidad, permitiéndole explorar la isla a su propio ritmo. Las carreteras de la isla están bien mantenidas y señalizadas, lo que facilita la navegación incluso a quienes la visitan por primera vez. Sin embargo, para vivir una experiencia inolvidable, opte por alquilar un descapotable. Conducir un descapotable por las carreteras de Tenerife, con el viento en el pelo y el sol en la piel, es una experiencia única. Añade un elemento de aventura y emoción a su viaje, y es el preámbulo perfecto al paraíso tropical que le espera en el Jardín Botánico de Tenerife.
Fundado por el Rey Carlos III en 1788, el Jardín Botánico de Tenerife se creó inicialmente para cultivar especies de los trópicos, ya que el clima de las Islas Canarias era ideal para su supervivencia. Con el tiempo, los jardines han crecido y evolucionado, y hoy albergan una increíble variedad de plantas tropicales y subtropicales de todo el mundo.
Al entrar en los jardines, el aroma de flores exóticas inunda el aire y una sinfonía de colores se despliega ante sus ojos. Los jardines son un mosaico viviente, cada planta aporta su encanto único a la obra maestra. Es un lugar donde la belleza de la naturaleza no sólo se ve sino que se siente, donde cada respiración está impregnada de la esencia de los trópicos.
Pasee por los serenos senderos y descubrirá multitud de especies vegetales. Los jardines albergan una colección de impresionantes orquídeas, vibrantes bromelias y cactus únicos. El magnífico “Drago Milenario”, una especie de drago que se cree que tiene más de 1.000 años, ocupa un lugar de honor en el jardín.
Una de las características más llamativas del Jardín Botánico de Tenerife es su rica biodiversidad. Desde las imponentes palmeras hasta los helechos más pequeños, cada especie es una parte vital del ecosistema del jardín. Los jardines también desempeñan un papel crucial en la conservación, ya que protegen muchas especies en peligro de extinción y contribuyen a los esfuerzos mundiales por preservar la biodiversidad.
Otro aspecto que distingue al Jardín Botánico de Tenerife son sus actividades educativas. Los jardines organizan regularmente talleres y visitas guiadas, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de la conservación de las plantas. Es un lugar donde el aprendizaje y el ocio van de la mano, donde los visitantes pueden adquirir nuevos conocimientos mientras se sumergen en la belleza de la naturaleza.
Los jardines no son sólo un regalo para la vista, sino también un refugio para los sentidos. Los sonidos de la naturaleza -el susurro de las hojas, el piar de los pájaros, el goteo del agua de las numerosas fuentes- contribuyen a crear un ambiente tranquilo. Es una escapada del ajetreo de la vida cotidiana, un lugar donde reconectar con la naturaleza y encontrar la paz interior.
Para refrescarse, la cafetería del jardín ofrece una selección de aperitivos y bebidas. Es el lugar perfecto para hacer una pausa y disfrutar de las vistas del impresionante paisaje. Para una comida más sustanciosa, hay varios restaurantes en las inmediaciones que sirven cocina local e internacional.
El Jardín Botánico de Tenerife es un destino encantador que captura la esencia del trópico. Es un lugar donde cada curva revela un nuevo descubrimiento, donde la magia de la naturaleza se despliega a cada paso. Es un lugar que ofrece a la vez relajación y estimulación, un lugar donde podrá conectar de verdad con las maravillas del mundo natural.
El Palmetum de Santa Cruz de Tenerife, que forma parte del Jardín Botánico, es una atracción única que no puede perderse. Es una colina artificial de 120.000 metros cuadrados, especializada en palmeras. La colina ofrece unas vistas impresionantes del océano, creando una escena pintoresca que parece sacada directamente de una postal. El Palmetum también alberga un gran sistema de cascadas, arroyos y estanques, que añaden un ambiente relajante a toda la experiencia.
La historia del Palmetum es tan fascinante como su flora. Se construyó en un antiguo vertedero que se clausuró en 1983. La creación de los jardines comenzó en 1995, y aunque el desarrollo se pausó por falta de financiación, los jardines siguieron creciendo y prosperando. Las primeras visitas guiadas públicas se ofrecieron en 2013, y el jardín se inauguró oficialmente en 2014. Desde entonces, se ha convertido en un destino popular tanto para los lugareños como para los turistas, con programas escolares e intercambios regulares con otras instituciones.
La entrada al Palmetum está marcada por un edificio que alberga una recepción, una pequeña tienda y un museo de palmeras. El museo es una visita obligada para cualquier persona interesada en la rica diversidad de especies de palmeras. El Museo Etnográfico de la Palmera, una estructura semisubterránea parcialmente cubierta de vegetación, es otro elemento notable. Aunque aún está en construcción, promete ser una interesante adición a las instalaciones del jardín.
El Palmetum también alberga el Octógono, un umbráculo semihundido diseñado para acoger a las especies más delicadas. Esta zona es un denso despliegue de plantas tropicales, surcado por sinuosos senderos, arroyos, puentes y cascadas. Es un lugar mágico que ofrece una fascinante exploración del mundo tropical.
Las colecciones vivas del Palmetum son realmente notables. En 2016, incluía al menos 1853 taxones de plantas, con especial atención a las floras insulares. 420 taxones de plantas están en la lista roja de la UICN, con 73 en peligro crítico y dos extinguidas en estado silvestre. La colección de palmeras es especialmente impresionante, con 573 taxones, 192 de los cuales figuran en la lista roja de la UICN y 38 están en peligro crítico.
Otras familias bien representadas en el jardín son Amaryllidaceae, Asparagaceae, Apocynaceae, Bromeliaceae, Fabaceae, Malvaceae y Moraceae. La colección se centra en las palmeras de las islas y las especies caribeñas son las más representadas. Algunos taxones se cultivan en número suficiente para permitir la producción ex situ de semillas de especies de la UICN. Un caso destacado es el de Coccothrinax borhidiana, una especie lenta y críticamente amenazada, representada en el Palmetum por 17 ejemplares germinados en 1996, que ahora fructifican en la sección del Caribe.
La superficie de la colina está dividida en “secciones biogeográficas” para albergar la flora de palmeras de distintas zonas del mundo. Estas secciones varían en tamaño entre 1.000 y 20.000 metros cuadrados, lo que la convierte en una experiencia realmente envolvente. Cada sección es una nueva aventura, una nueva oportunidad para descubrir y aprender.
Tanto si es un entusiasta de la botánica, un amante de la naturaleza o simplemente un viajero que busca experimentar la belleza de Tenerife, el Jardín Botánico es un destino que le dejará recuerdos imborrables.